Odio que se peguen los fideos.¿Quién no?
Hago todo lo posible por evitarlo.Espero a que hierva el agua, hecho la sal, un chorriito de aceite y recien ahi...gluc, al agua.Y los revuelvo un poco.
Pero basta que me distraiga un poquito, apenas un momento, con el queso (tan sardo el)para que los malcriados se agarren a las piñas y patadas.Saben que no puedo dejar de volver a prestarles toda mi atención , cuando me muestran todo lo que aprendieron hoy en la escuela de Kung Fu.